Las pruebas de polígrafo, también conocidas como "detector de mentiras", han sido una herramienta utilizada durante décadas en distintos ámbitos, principalmente en el campo legal y en la evaluación y selección de personal.
Si bien es cierto que existe un debate sobre su eficacia y validez científica, no se puede negar que estos instrumentos han tenido un impacto importante en la historia. Desde su invención en 1921 por John Augustus Larson, han sido utilizados en casos históricos de renombre, como el caso Lindbergh o el caso Watergate.
En el campo de la evaluación y selección de personal, las pruebas de polígrafo han sido utilizadas como una herramienta valiosa para evaluar la integridad y veracidad de candidatos a puestos de trabajo en áreas como la seguridad nacional, fuerzas del orden y servicios gubernamentales, entre otros.